En la casa de un hombre de poco más de sesenta años, un grupo de personas se encontraba rezando. Las plegarias se elevaban a los cielos con profunda fe. Pero no era solo Dios quien los estaba escuchando sino también un grupo de ladrones que esperaron el momento preciso para entrar a dar el golpe.
En medio de las oraciones, alguien gritó ¡arriba las manos!, pero no era para aclamar al Altísimo. A punta de pistola entraron y exigieron al propietario de la casa que les dieran 500 millones de guaraníes, que era la cifra que pensaron que tenían.
Sin embargo, se fueron conformando con lo que encontraban, como celulares, billeteras y una escopeta que tenía el propietario.
De todo el efectivo que estaban esperando llevarse, finalmente se debieron “conformar” con 40 millones, que es el monto que el propietario declaró fue el…
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py