Una fiel devota de la Virgen de Caacupé omomb’eu que peregrinó sola-sola desde Yaguarón hasta la Basilica, vestida como la Virgencita de Caacupé, para cumplir su promesa de orar por sus vecinos ñañas.
Según la doña, cada año, asegura que le pide a la Virgen Azul que ilumine a sus vecinos para que dejen las ñañaserías en su contra y confía en que sus plegarias sean escuchadas. “Yo ko no le molesto a ellos, pero ellos me llaman anguja guasu (ratón grande)”, empezó diciendo la…
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Fuente: Diario Popular – popular.com.py
