Pero lo que generó la ola de críticas no tiene nada que ver con una envidia banal, sino todo lo contrario, un sentimiento de humillación y engaño, ya que este joven y la vida despreocupada que lleva han demostrado que su padre Mario Abdo Benítez, en plena pandemia, no solo malgastó los fondos del país, sino que benefició a su familia y a los amigos de la misma.
Abdo Díaz Benza heredó una mansión en el barrio Recoleta de Asunción, valuada en US$ 2 millones en plena pandemia, pero también se convirtió en el representante legal de Almacenamientos y Distribución de Asfaltos SA (Aldia), empresa que, según los documento oficiales, proveyó de asfalto a las cinco constructoras que pavimentaron todo el país, y aumentó 1.290% sus utilidades en un solo año (2021) en relación con el 2017.
Al darse a conocer este aumento de…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py