Un argentino fanático de Racing, de nombre Matías, viajó desde Sidney, Australia, hasta Asunción, para ver a su equipo en la final de la Copa Sudamericana.
Más allá de la emoción de ver a su querido Racing en un partido histórico, quería que su viaje tenga algo más y decidió sorprender a su hermano y amigos de infancia.
No avisó a nadie. Viajó miles de kilómetros para llegar y caerles de sorpresa a su hermano y amigos. Los abrazos se dieron entre lágrimas y terminaron cantando…
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Fuente: Diario Popular – popular.com.py