Tenía solo 19 años y toda una vida por delante. Sus sueños, sus deseos, sus esperanzas se hicieron añicos luego que un trágico accidente cortara sus días de manera abrupta. Anticipada. Sin explicación.
“Leo’i”, o simplemente “Leo”, como le decían cariñosamente, estaba trabajando en un viñedo en la madre patria, con la ilusión de así poder darles a sus seres queridos una mejor calidad e vida y asegurarse para él y quienes fueran sus hijos un futuro mejor. Sin embargo, el molinete de un tractor lo estiró y junto con su cuerpo a todos esos planes que tenía en su cabeza. Lastimosamente nada se pudo hacer por salvarlo.
Que “Leo” era muy querido es algo de lo que nadie tiene dudas. Eso se pudo sentir en esa maratón que se armó en un solo día para juntar los fondos que hacían falta para repatriarlo. Fueron 50…
Leer la nota completa: Aquí
Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py