A sus 56 años, Liang no le ha ido mal en la vida. Se labró un futuro desde un trabajo poco calificado en una fábrica hasta erigir un exitoso negocio de materiales de construcción.
Pero un sueño siempre se le ha escapado: conseguir una nota suficientemente alta en el riguroso examen del “gaokao” para obtener una plaza en la puntera Universidad de Sichuan.
Este examen, que evalúa las competencias en chino, inglés, matemáticas y otras asignaturas de ciencias o humanidades a su elección, es la prueba de toda una vida en este país asiático.
Solo los alumnos con mejores notas pueden acceder a las mejores universidades. La competencia es alta, las plazas limitadas y la presión familiar intensa.
Pero un diploma en una universidad de prestigio otorga buen estatus social y es casi una garantía de ser contratado por una buena…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py