
Desde un principio se sabía que, por una cuestión de tamaño y de poderío económico, el que “decidiría” no utilizar toda la energía que le correspondía sería Paraguay, con lo cual, en la práctica, se vería obligado a “autorizar” a Itaipú a cederle al Brasil todos sus excedentes, a cambio de una “compensación” absolutamente arbitraria e irrisoria, totalmente divorciada del valor real de esa energía, que aún hoy, después de varios ajustes, sigue estando groseramente…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py