Dani Alves ya pasó varios meses en prisión, donde sigue recluido y a la espera de un juicio por el caso de agresión sexual a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona.
El experimentado lateral vio cómo su mundo se vino abajo tras el 30 de diciembre del pasado año y fue detenido nada más llegar a España para declarar por el mismo caso. Luego de varios reveses al solicitar su libertad de manera condicional, solo le queda esperar el juicio que se llevará a cabo en el presente año.
Tampoco ya lo visita su todavía esposa, aunque en trámites de divorcio, Joana Sanz, que se “desligó” de Alves en las redes sociales y con una última visita en prisión el pasado 26 de marzo.
Ahora sin pareja, sin visitas de familiares y varios amigos que hizo en el fútbol, Alves encara su encierro en casi total soledad.
Y casi…
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Fuente: Versus – versus.lanacion.com.py