
Un dulce infaltable en todo el mundo es el tradicional huevo de chocolate, relleno con confites y algunas sorpresas. Sin embargo, según la tradición europea, no siempre los huevos fueron de chocolate, sino verdaderos huevos decorados con bonitos diseños.
Entre los siglos IX al XVIII, la Iglesia prohibió el consumo de huevos durante la cuaresma por considerarlos equivalentes a la carne, por lo que la gente los cocía y los pintaba para diferenciarlos de los frescos y así poder consumirlos…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py