Con los rostros enrojecidos y el cuerpo chorreando de sudor los promeseros van caminando por la Ruta PY02 camino a la villa serrana. Se echa de menos el eucaliptal y la falta de árboles que den sombra. El clima en la zona urbana da la impresión de estar en un horno, pero en la serranía es menos pesada por un halo de viento.
“Hakú ndirindindín…” dice uno que va pasando sin querer detener sus pasos. Otros hacen una pequeña pausa para comentar el motivo del sacrificio.
A las 10:30 de la mañana en el ramal de Patiño los integrantes del Grupo Tradicional de la Novena Compañía de Itapúa-mí Luque ya llevaban unas horas de caminata y esperaban llegar pronto hasta el santuario. “Llevamos 20 años peregrinando unas veinte personas, todas de una misma familia. Siempre tenemos motivos para agradecer a la Virgen por la…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py