Don Rodolfo Bael de 81 años, oriundo de la ciudad de Puerto Antequera, Departamento San Pedro, cansado de la polución sonora que no lo deja descansar, decidió protestar de la manera más insólita. El karai se crucificó como señal de protesta ya que los responsables del alto volumen de la música no responde a sus reclamos.
Magdalena Bael, nieta de don Rodolfo acusa a la Olga Recalde y su marido Konrad Benegas, de ser los responsables que el vecindario entero no pueda descansar por las noches, supuestamente.
“Mi abuelo en su desesperación por poder descansar, tomó la decisión de crucificarse en la calle, atado a un palo, como protesta. Desde las 01:00 de la madrugada. La razón es que la señora Olga y Konrad ponen música a un volumen exageradamente fuerte. Mi abuelo se tomó la molestia y fue a hablar con ellos para llegar…
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Fuente: Diario Popular – popular.com.py