El obispo instó a los feligreses a imitar la alegría de María, afirmando que “la alegría verdadera solo es posible en el corazón del hombre que anhela y busca justicia, libertad y fraternidad entre los hombres”.
El prelado enfatizó que la alegría genuina se encuentra en la comunión con los que sufren, la solidaridad con los que lloran y la lucha por el bienestar de los humildes.
Subrayó la importancia de esforzarse por hacer felices a los demás y buscar un cambio sincero en uno…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py
