El nivel de estrés es especialmente importante, ya que un gato estresado es más propenso a arañar. Los investigadores concluyeron que sesiones de juego breves y regulares disminuyen el estrés en los gatos. La autora principal, Yasemin Salgirli Demirbas, de la Universidad de Ankara, sugiere que proporcionar refugios seguros, zonas de observación elevadas y oportunidades de juego puede ayudar a reducir el estrés y fomentar actividades más constructivas.
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py