Quién sabe, puede que la vida sea la muerte, y la muerte, la vida.
Ante algo tan contundente y definitivo como la muerte de alguien cercano, de nada sirven las palabras. Se quedan cortas. La constatación de que ya no podremos hacer nada más con esa persona a quien amamos ni decirle lo que sentimos por ella nos lleva a buscar la manera de manifestar el amor que continuamos teniéndole. Esto se traduce, primeramente, en tratar con respeto los restos mortales de quienes cruzaron el…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py