Como era de esperar el mentado video consiguió encender la indignación popular, particularmente por el testimonio de un tipo que cuenta muy tranquilo cómo va por la vida atropellando gatos, ganándose con esto elogios del pastor y aplausos del público presente en el lugar.
Aparte de la crueldad animal confesada por el idiota en cuestión, lo que me impresiona es la capacidad que mantienen muchos de todavía asombrarse ante lo absurdo, y por la estupidez humana. Sin embargo, al mismo tiempo considero que es muy comprensible, porque en este país, y en esta ciudad, prácticamente respiramos despropósitos, situaciones ilógicas y disparatadas. Me refiero a los que muy seriamente se mostraron asombrados de que hubiera gente que…
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Fuente: Ultima Hora – www.ultimahora.com
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