Lucio llega desde Caaguazú, como cada año, pero hoy su promesa tiene un peso distinto. “Yo camino desde mi ciudad, y desde la explanada me voy de rodillas hasta la Virgencita”, dice mientras sigue avanzando, con los labios apretados y las manos entrelazadas. Cada metro recorrido está cargado de emoción, de lucha y de memoria.
El joven relata que durante años sufrió de epilepsia, una enfermedad que le dificultaba la vida, lo limitaba, lo asustaba y lo obligaba a depender de…
Leer la nota completa: Aquí
Fuente: Abc Color – www.abc.com.py
