Rosenery era apenas una entre los entusiastas 140.000 espectadores que acudieron la noche del domingo 3 de septiembre de 1989 al partido de la última jornada de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Italia’90.
A la Canarinha le bastaba un empate para clasificarse y para la Roja la alternativa era ‘ganar o ganar.
Tras un primer tiempo bronco que terminó sin goles por culpa del guardameta chileno de 32 años Roberto ‘el Cóndor’ Rojas, una explosión de júbilo se desató en el…
Leer la nota completa: Aquí
Fuente: Abc Color – www.abc.com.py
