El “me amarás por siempre y me respetarás” fue solo un cuento en el casamiento. Lejos de honrar a su marido, o de separarse si este no valía la pena, ella decidió que en el techo donde vivía con su “peor es nada” aplicaba eso de “no hay dos sin tres”. Fue así que comenzó a “visitarla” un fulano con el que se “portaba mal”. En una de esas aventuras amorosas, el “titu” descubrió la infidelidad y comenzó a correr al “suplente”, que solo alcanzó a ponerse unas zapatillas y correr por su vida.
De acuerdo a los relatos que llegan desde Argentina, el hecho fue grabado por una persona que iba en un auto por una de las calles donde se produjo la “corrida”, atendiendo a que se trataba ni más ni menos que un área céntrica de la ciudad de Salta, que es por demás concurrida.
Finalmente, por tener mejor…
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py