En el laberinto de calles comerciales que rodean los lugares sagrados de la ciudad, la mayoría de negocios han bajado sus persianas durante esta guerra que cumple casi cuatro semanas.
Los pocos comerciantes que mantienen sus tiendas abiertas esperan día tras día a unos clientes que no llegan.
“Ya no hay industria turística”, dice Marwan Attieh, de 48 años, guía turístico y propietario de una tienda de recuerdos gestionada desde hace tres generaciones por su familia.
“Tenemos familias, tenemos niños” pero “no hay negocio, no hay ingresos, no hay ganancias, no hay vida. ¿Cómo puedes gastar dinero si no tienes dinero?”, se pregunta.
La Ciudad Vieja amurallada en la anexada Jerusalén Este acoge algunos de los lugares más sagrados para el cristianismo, el judaísmo y el islam, que durante siglos han atraído a viajeros…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py