Hace 4.000 años, los babilonios vieron en esta repetición de las estaciones un motivo digno de celebrarse, e instauraron un ciclo festivo que dejaría corta a la juerga más movida de nuestra época: eran 11 días de celebración, que comenzaban cuando la primavera exponía sus primeros trazos en los jardines colgantes de Babilonia. Los Babilonios iniciaron el uso del calendario lunar, y descubrieron en 432 a. C. el ciclo metónico de 19 años, que busca coincidencias entre el año solar y el lunar.
Los egipcios también recibían con gran farra las señales que anunciaban el nuevo año. El ambiente se tornaba festivo cuando llegaba el ansiado momento en el cual el río Nilo empezaba crecer, y el caudal se hacía propicio para la siembra. Entonces, la tierra se labraba con confianza en los tiempos venideros. Desde siempre, el año…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py