Se ha convertido casi en una tradición: don Andrea Conocchia, el párroco de Torvajanica, una localidad a una treintena de kilómetros de Roma, recoge a “las chicas”, como las llama cariñosamente, y las acompaña para asistir a la audiencia general en la plaza de San Pedro y luego se acercan a saludar a Francisco.
En ese momento, explican a EFE las primeras que recibió el papa, en abril pasado, se sienten “acogidas” porque como las recordó Francisco: “A los ojos de Dios somos todos iguales”, dice Marcela, uruguaya, mientras enseña una foto de aquel día en la que aparece con la bandera de su país sobre los hombros.
De ese primer grupo “ya no está entre ellas” Naomi…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py