Después de otra noche con edificios públicos atacados, tiendas saqueadas y vehículos incendiados, el presidente centrista Emmanuel Macron reforzó las medidas de seguridad y apeló directamente a los padres de los menores que participan en las protestas.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció el despliegue de 45.000 agentes en el país, 5.000 más que la víspera.
“Estas próximas horas serán cruciales”, declaró, dirigiéndose a las fuerzas del orden y a los bomberos. Francia “se enfrenta a unos disturbios de una violencia inusitada”, agregó.
Los altercados estallaron el martes en los suburbios de París y se extendieron por el país tras la muerte de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente durante un control de tránsito en Nanterre, al oeste de la capital.
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py