Hace dos años, esta estudiante de arquitectura británica se tatuó en el brazo izquierdo el rostro del músico, con lágrimas de sangre que le corrían por las mejillas.
“Me encantaba su música y en aquel momento me gustaba como persona. Me gustaba lo que representaba, cómo defendía a la comunidad bipolar”, explica a la AFP sobre un trastorno que asegura padecer ella misma.
“En aquel momento lo idolatraba”, asegura.
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py