A diferencia de otros años, la concurrencia fue mínima y se observó una escasa presencia de niños y familias, que tradicionalmente eligen estos espacios para refrescarse.
Como es costumbre, algunas familias decidieron llegar hasta los arroyos de la zona para pasar el día y sobrellevar las altas temperaturas, aunque en esta ocasión fueron muy pocos los visitantes. La tranquilidad fue una constante, con amplios espacios prácticamente vacíos.
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py
