Como todos los días, el cambio de pañales era una constante en la jornada para una mamá australiana y su beba, en ese entonces, de 9 meses de vida. Solo que ese día algo iba a ser diferente.
El pañal empapado en sangre hizo entrar en pánico a la mujer. Revisó a ver si había heridas pero no encontró nada. Rápido fue al hospital en busca de respuestas. Tras una serie de estudios, las tuvo. Y se sorprendió.
Al hacerle los análisis correspondientes, se dieron cuenta que la beba de 9 meses tenía un desarrollo óseo mucho más avanzado que el que debía tener una criatura de esa edad.
Finalmente, los médicos terminaron diagnosticando una rara condición de “pubertad precoz”. La beba, de sólo 9 meses, había tenido su primer periodo femenino.
La pequeña debe someterse a una prueba hormonal, ultrasonido y rayos X cada seis…
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py