El jesuita argentino, de 86 años, frágil de salud, marcó la pauta a su llegada el viernes a Budapest. Advirtió contra la “rigidez y las cerrazones” y la tendencia al “repliegue”, en un discurso frente al Primer ministro nacionalista Viktor Orbán, conocido por su política antimigratoria.
El sábado en la mañana, unos 600 refugiados, provenientes principalmente de Ucrania, además de personas pobres, se reunieron en la iglesia neogótica de Santa Isabel, construida a finales del siglo XIX en el corazón de Budapest.
Un millar de fieles asistieron al evento desde la explanada.
Tras escuchar varios testimonios, entre ellos el de Oleg Yakovlev, un ucraniano padre de cinco hijos que contó haber huido de su país en guerra, el papa agradeció a los húngaros.
En particular a las asociaciones religiosas, “por el esfuerzo…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py