El entrenador de la Selección de Paraguay, Gustavo Alfaro, se ganó el cariño de todo un país en muy poco tiempo. Algunos días y dos partidos fueron suficiente para que el estratega argentino consiga una confianza plena de la afición guaraní.
Pero el profesor no logró eso solamente con los resultados deportivos, también lo hizo por su don de gente que volvió a salir a flote el martes ya en la calle, luego de la gran victoria de la Albirroja frente a Brasil por la octava fecha de las…
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Fuente: Versus – versus.lanacion.com.py