Hace 34 años, antes de que se convirtiera en un investigador del Ministerio Público, Luis Piñanez era un niño de 12 años como casi todos los de esa época, travieso, amiguero e ingenuo.
En un cumpleaños infantil, sus amigos y él subieron a la habitación del anfitrión, para ver los juguetes.
Todos los niños estaban entretenidos alrededor de una cama, hasta que uno de ellos abre un placard y saca un revólver.
Creyendo que era un juguete, el niño comenta: “parece de verdad”, y todos se pasan de mano en mano la pistola.
Cuando faltaba poco para que llegue su turno de agarrar “el juguete”, el compañerito que estaba frente a él prueba un disparo, que accidentalmente va directo a la frente de Luis.
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Un golpe, ceguera y confusión
A partir de ese…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py