La peregrinación a la basílica de Caacupé está habitualmente cargada de mucha emoción y bellas costumbres. Sin embargo, hay una costumbre que nunca se acaba ni disminuye: el mal hábito de arrojar las basuras a la calle. Muchas personas que van a cumplir sus promesas a Caacupé toman la mala decisión de tirar sus botellas o bolsas a su paso, sin siquiera buscar los basureros.
Aunque al llegar a los basureros tampoco se observó orden, pues están abarrotados y no dan abasto ante la inmensa cantidad de desechos que se acumulan en el día de la festividad de la Virgen de los Milagros de Caacupé. Algunos peregrinos señalaron que se necesitan más tachos, dispersos en muchos otros sitios.
Tras las fiestas, queda una alfombra de basuras en Caacupé
Durante la noche y madrugada, van llegando las personas a los puntos de descanso,…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py