Pareciera ser la trama de una película donde se busca desprestigiar a la Iglesia Católica. Pero no lo es. Se trata ni más ni menos que de la pura realidad que tiene como protagonistas a dos curas párrocos, uno de ellos muerto, luego de participar en una fiesta de sexo y drogas, y el otro arrestado por tráfico del “purete”.
El singular caso se dio en Bélgica, con una trama bastante parecida a la que sucedió meses atrás en Polonia. Ahora, el finado es un karai británico de 69…
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py