Tras un viaje de más de seis horas, el coche fúnebre penetró en el Palacio de Holyroodhouse de la capital escocesa, pocos antes de las 16H30 (15H30 GMT), transportando el ataúd de roble cubierto con el estandarte real escocés y una corona de flores blancas.
Miles de personas se apostaron en las empedradas calles de Edimburgo para contemplar y aplaudir el paso del cortejo fúnebre, al igual que durante su recorrido de casi 300 kilómetros por la verde campiña escocesa, lugar de veraneo de la difunta reina.
“Sólo pude ver un poco, pero fue muy conmovedor, era una persona maravillosa. Es muy triste”, lamentaba Theresa Brown, una recepcionista, un sentimiento compartido por Román…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py