Luego de la separación que tuvo con su esposa, Joana Sanz, Dani Alves no hace otra cosa que distraerse con lo que más le apasionó y se dedicó: el fútbol.
El experimentado lateral brasileño dejó de lado la tristeza, que según los medios españoles, “lo tenía hundido y muy nervioso”, jugando numerosos partidos de fútbol con sus compañeros de prisión y, además, anotando un doblete.
El hecho de que Alves juegue con los demás presidiarios, hizo que los demás internos pidan a sus familiares ropas deportivas para jugar al deporte rey.
Dani Alves todavía no sabe su destino, el lateral brasileño sigue preso en la penitenciaría Brians 2 por presuntamente agredir sexualmente a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona. Probablemente el juicio se de en el transcurso del año y al brasileño le podrían caer de 4…
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Fuente: Versus – versus.lanacion.com.py