Cerro Porteño y Guaraní ofrecieron a las casi 40 mil almas presentes en Barrio Obrero, un partido con la intensidad prevista de un duelo de tamaña magnitud. Pero bueno, esa presión, esas ganas, tuvieron un efecto colateral: la imprecisión.
Puesto que ambos se dedicaron a morder, recuperar, abortar intentos rivales, no hubo fluidez en el juego.
De repente el Ciclón tuvo más tiempo la pelota, pero tiró la responsabilidad de creación a los laterales y extremos. Pachi y Gastón se…
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Fuente: Diario Popular – popular.com.py
