En el barrio San Miguel de la ciudad de Areguá, Delia Brítez, junto con su familia, trabaja desde hace años con arcilla y figuras navideñas. En su puesto, además de los pesebres artesanales, mantiene un pequeño taller donde repara piezas dañadas. Cuenta que muchas familias llegan buscando restaurar figuras heredadas.
“Hay pesebres que eran de la abuela y no quieren perderlos por nada”, comenta. Las reparaciones cuestan desde G. 200.000, y cada arreglo se convierte en un rescate…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py
