Y es que lanzarse a peregrinar junto al compañero ‘de cuatro patas’ es una forma de vivir el Camino que ha ido en aumento en los últimos años pese a que todavía existen dificultades añadidas a los efectos de los kilómetros sobre el cuerpo o las inclemencias meteorológicas.
Encontrar una habitación en la que dormir junto al animal, desplazarse en transporte público o acceder a lugares como templos o oficinas de atención al peregrino son los principales problemas a los que se enfrentan las personas que quieren hacer el Camino junto a su perro.
El camino portugués, una oportunidad para atraer peregrinos extranjeros
“Existen muchísimas limitaciones, hay una discriminación de partida porque hay un problema cultural en el trato con los animales”, ha asegurado a Europa Press la gerente de Apaca, Raquel Freiría, quien…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py