El segundo punto más visitado de Caacupé, después de la Basílica de la Inmaculada Concepción, es el Pozo de la Virgen. El promesero que llega recoge las cristalinas aguas en sus manos y se moja el rostro y la cabeza. Pareciera que en ese momento se sanaran todas las aflicciones.
El miércoles llegó hasta allí Axel Danilo López Franco (17), un joven oriundo de Puerto Rosario, San Pedro, en agradecimiento por haber vuelto a nacer milagrosamente. Y como él todos los días del año llegan personas de todas las edades para limpiarse y protegerse con las aguas del manantial sagrado.
Pedro Artemio Ruiz, dilecto hijo de Caacupé y autor de varios libros que rescatan la historia de la Villa Serrana, dice que cuando tuvo uso de razón el Tupãsy Ykua ya lucía sus brocales y su peculiar cúpula de hierro forjado. De hecho, en…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py