Dicha conducta se encuentra en íntima relación con la dinámica de la criminalidad organizada y, consecuentemente, se comprueban dos tipos de extorsión, la depredatoria y la simbiótica. En la primera, las empresas están obligadas a pagar una cantidad de dinero y no reciben nada a cambio. La simbiótica implica que el sujeto activo ofrezca la posibilidad de derechos para comercializar, y una contingencia en el sistema de negocios.
Seguidamente, debemos dar cuenta de la trascendencia de dicho injusto, que se perfecciona desde operaciones ilícitas para promover la financiación delincuencial (derecho de piso). Por ende, la conducta de extorsión también ocupa “víctimas” en grandes compañías (en el entorno…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py