En la suntuosa Abadía de Westminster, en el centro de Londres, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra, depositó sobre la cabeza del monarca, de 74 años, la corona de San Eduardo. No había sido llevada por nadie desde la coronación en 1953 de su madre, fallecida en septiembre.
La multitud reunida en las calles de Londres, pese a la lluvia, estalló en gritos de júbilo.
La reina Camila, de 75 años, fue coronada seguidamente.
Después, de regreso al Palacio de Buckingham tras su segunda procesión del día escoltados por miles de militares en uniforme de gala, los monarcas aparecieron en el balcón para saludar.
Desde allí presenciaron un desfile aéreo acortado por el mal tiempo.
Carlos III y Camila salieron acompañados por miembros de la familia real, pero sin el príncipe…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py