El sacerdote Adelir de Carli se dispuso, el 20 de abril de 2008, a superar un peculiar reto: volar sentado en una silla durante 20 horas, sujeto a 1.000 globos coloridos de fiesta. Pero su hazaña –de la que este jueves se cumplen 15 años– tuvo un final trágico, porque despareció para siempre en el océano Atlántico.
Ese día el cielo estaba nublado. El experimentado paracaidista de 41 años despegó del sureño estado de Paraná rumbo al vecino Mato Grosso do Sul, equipado con un teléfono satelital y un dispositivo GPS. Su intención era viajar por el oeste, tierra adentro, pero el viento y el mal tiempo lo desviaron 180º de su destino hacia el mar.
“Necesito entrar en contacto con el personal en tierra para que me enseñen cómo usar el GPS. Es la única manera en que podré transmitir mis coordenadas de latitud y…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py