El mencionado sujeto había llegado el domingo a la ciudad, montando un borrego, sin matrícula ni registro, que al parecer resultó un medio de transporte usado de un vecino.
Ya desde el momento de su aparición por el poblado ya generó la discordia entre las autoridades religiosas y civiles de la antigüedad. Se decía que era un Dios, que su reino no era de este mundo, y que si destruían el templo, lo iba a reconstruir en tres días.
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El revoltoso hacía reuniones secretas y hoy, aproximadamente a las 20:00, luego de la misa, efectivos que se hacían pasar por la guardia romana, procedieron a su aprehención. El individuo fue amarrado y fue llevado ante la superioridad.
No quiso responder a las preguntas que se les hacía e insistía que era un Dios.
Esta fue la…
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Fuente: Abc Color – www.abc.com.py