La primera parte del viaje real, que debía comenzar el domingo en Francia, se pospuso debido a las violentas protestas en ese país contra la reforma del sistema de jubilación.
Pero, la segunda esposa del rey británico, con su canoso pelo rubio, su voz grave y su sonrisa tranquila, está acostumbrada a soportar estoicamente las crisis, tras ser demonizada durante años por el naufragio del matrimonio del entonces príncipe Carlos con la princesa Diana.
En el Reino Unido, su popularidad sigue sin dispararse, 48% según YouGov en marzo, pese a la inquebrantable devoción que ha mostrado a su marido y a la Corona, y a sus numerosas actividades caritativas.
“Se ha esforzado por permanecer en un segundo plano en las últimas décadas (…) no es muy conocida”, reconoce el exembajador británico en Francia Peter Ricketts. Tiene…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py