Aparte de la crueldad animal confesada por el idiota en cuestión, lo que me impresiona es la capacidad que mantienen muchos de todavía asombrarse ante lo absurdo, y por la estupidez humana. Sin embargo, al mismo tiempo considero que es muy comprensible, porque en este país, y en esta ciudad, prácticamente respiramos despropósitos, situaciones ilógicas y disparatadas. Me refiero a los que muy seriamente se mostraron asombrados de que hubiera gente que…
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Fuente: Ultima Hora – www.ultimahora.com