Con esta frase comenzaba yo una columna de años atrás. Lo curioso es que no me refería al actual defensor, Miguel Godoy, sino a su predecesor, Manuel María Páez Monges. La había escrito en enero de 2015, decepcionado porque una persona vinculada al stronismo siguiera al frente de una institución creada con la intención de fortalecer el respeto a los derechos humanos.
Es que ni antes ni ahora a la Defensoría del Pueblo le fue bien. Siempre fue la institución de la República más menospreciada por los políticos. Todo…
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Fuente: Ultima Hora – www.ultimahora.com