El automovilismo tiende a ser un deporte primeramente costoso, muy exigente, pero sobre todo, muy marcado por la competitividad, y en ciertos casos, el machismo y la falta de chances a las mujeres. En nuestro país, esto se empezó a romper con la llegada de una mujer que, a base de carisma, temperamento y, por sobre todo, resultados, se abrió paso en una modalidad en la que es muy difícil sobresalir. Andrea Lafarja, el nombre que sonó desde el 2017 y hasta la fecha no para de sorprender a propios y extraños.
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Fuente: Versus – versus.lanacion.com.py