El hombre no tiene un hogar donde vivir. Se la pasa deambulando la mayor parte del día en la zona céntrica de Asunción, contaron los que lo conocen. Le pide algo de comida a los vecinos y se toma un buen tiempo del día para tratar de ganar un poco de plata recolectando plásticos.
Vive solo, sin luz, ni gas, ni teléfono en su “banco”, como él llama a su “vivienda”. Su jornada comienza a las 5 de la mañana, cuando un coro de pajaritos lo despierta, tras dormir sobre una cama improvisada en el banco de la plaza.
El hombre, en situación de calle, tenía un inconveniente. Hace bastante tiempo que lastimosamente vive sin ayuda, sin poder siquiera asearse como corresponde. Pero la mano solidaria apareció. Cuando se disponía a descansar, el hombre recibió una sorpresa. Unos barberos de la zona le invitaron hasta el local…
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py