Saber nadar no garantiza que no corras peligro, la frase es más que elocuente si pensamos en que muchos se adentran en ríos y arroyos confiados en su porte atlético y en dominar el nado.
La experiencia, sin embargo, revela que los ahogamientos en enero se deben a descuidos, falta de prevención, ya que luego de grandes ingestas de alcohol y comida el cuerpo no resiste y muchos adultos se quedan dormidos, mientras los chicos se tiran a una piscina o arroyo.
Playa municipal de Aregua habilitada pero el agua no es apta para bañistas
Juan Carlos Segovia, bombero voluntario combatiente de la Tercera compañía de Sajonia, aconsejó no dejar a los niños solos. “Deben permanecer con el padre o tutor. No vamos a evitar que los adultos tomen, pero no se arriesguen a meterse en aguas profundas”.
Insistió también con la aplicación de…
Leer la nota completa: Aquí
Fuente: Abc Color – www.abc.com.py