Las descargas directas tienen dos vías, una es la proveniente de viviendas de las ciudades aledañas, y otra, no menos importante ni menos voluminosa, que son las toneladas de excrementos que empresas privadas que se dedican a descargar de pozos ciegos colmatados de casas que no solo son de la zona, sino incluso de otros departamentos.
En lo que respecta a las ciudades que “colaboran” para que el lago vaya siendo un enorme depósito de excremento, resalta en punta San Bernardino, la villa veraniega.
En un SOS lanzado a través de sus redes sociales, la Comisión de Preservación del Lago Ypacaraí, señala que al ritmo en el que avanza las descargas de efluentes cloacales, no pasará mucho tiempo para que el espejo de agua se pierda definitivamente.
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py