No tardé en darme cuenta de que los hechos ya venían cargados con su propio sarcasmo, grotesco y trágico, burlándose de nosotros con esa risa macabra que señala nuestro itinerario de infortunios. La ironía hasta puede caer agradable cuando es fina y disimulada, pero no cuando refleja una situación de menosprecio a nuestra capacidad intelectiva y de mueca mordaz a un pueblo que sufre bajo el peso de la mediocridad y la corrupción de un gobierno nefasto.
Y esa burla atroz a la sociedad tiene como (mal) ejemplo a la Entidad Binacional Yacyretá, que entregó un millón de dólares, supuestamente en concepto de víveres, a un hombre que en el pasado fue acusado de estafar a humildes familias que soñaban con la casa propia. La denuncia ante el Ministerio Público fue realizada por la entonces ministra de la Secretaría Nacional de…
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Fuente: HOY PY – www.hoy.com.py