Es una joya histórica de la dinastía Habsburgo que no se veía desde 1919 y era considerada perdida, robada o vuelta a tallar. Estuvo a salvo durante décadas en un banco canadiense.
En 1918, al finalizar la Primera Guerra Mundial, Carlos I, emperador de Austria-Hungría y miembro de la dinastía Habsburgo, presentía el fin del imperio.
Sobrino del archiduque Francisco Fernando, cuyo asesinato había desencadenado la conflagración, Carlos reconocía en los bolcheviques y los anarquistas…
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Fuente: Diario Popular – popular.com.py
