El pasado sábado, un peque de 7 añitos fue mordido por una víbora venenosa en Curuguaty. A raíz del veneno de la serpiente, el niño quedó con muerte cerebral. Desde el Ministerio de Salud informaron que en lo que va del año, unas 204 personas ya fueron picadas por las rastreras.
La picadura de uno de estos bichos venenosos puede producir parálisis grave de los músculos respiratorios, causar trastornos hemorrágicos potencialmente mortales, provocar insuficiencia renal irreversible o grave destrucción local de los tejidos que causan discapacidades permanentes, o incluso, la amputación de un miembro he’i.
Los más afectados son los trabajadores agrícolas y los niños. Los efectos de la mordedura de serpientes suelen ser más graves y más rápidos en los niños que en los adultos, debido a que tienen menos masa corporal.
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Fuente: Diario Crónica PY – www.cronica.com.py